Crisis migratoria en la frontera de Bielorrusia

Miles de personas varadas en condiciones deplorables quedaron atrapadas en el centro de una creciente crisis humanitaria y política.

Unos 15.000 soldados polacos fueron desplegados en la frontera de Polonia con Bielorrusia en los últimos días como reacción a un tenso enfrentamiento que, según la Unión Europea, Estados Unidos y la OTAN, es obra del líder bielorruso Alexander Lukashenko.

Los líderes occidentales, incluidos los primeros ministros de las vecinas Polonia, Letonia y Lituania, acusan al régimen de Lukashenko de fabricar una crisis migratoria en la frontera oriental de la UE como represalia por las sanciones por abusos contra los derechos humanos.

El gobierno de Lukashenko ha negado repetidamente tales afirmaciones y, en cambio, ha culpado a Occidente por los cruces y el trato a los migrantes.

Atrapadas en el fuego cruzado hay más de 2.000 personas atrapadas entre Polonia y Bielorrusia que ahora enfrentan condiciones que las Naciones Unidas han calificado de “catastróficas”, con escenas desesperadas de hambre e hipotermia en bosques helados y en campamentos improvisados ​​en la frontera.

Los migrantes, la mayoría de los cuales provienen de Oriente Medio y Asia, y que esperan viajar desde Polonia a las profundidades de Europa, se han estado reuniendo en el lado bielorruso del cruce fronterizo de Kuznica.

Las autoridades cerraron el cruce el 9 de noviembre, con imágenes aéreas que muestran a grandes multitudes congregándose en el área.

Los migrantes se enfrentan a condiciones extremas: las organizaciones benéficas dicen que las personas atrapadas en la zona fronteriza están luchando contra el clima helado y carecen de alimentos y atención médica, y continúan surgiendo informes de palizas y condiciones extenuantes.

Las autoridades polacas dijeron que siete migrantes fueron encontrados muertos en el lado polaco de la frontera, con informes de más muertes en Bielorrusia.

El gobierno de Polonia está intensificando su retórica nacionalista: el presidente polaco, Andrzej Duda, visitó la frontera el jueves por la noche en una muestra de solidaridad con el ejército, la policía y los guardias fronterizos.

Horas antes, Duda se dirigió a miles de polacos que marcharon por Varsovia para celebrar el Día de la Independencia.

En un discurso con referencias nacionalistas en apoyo a la estricta política del gobierno de mantener la frontera con Bielorrusia cerrada a los migrantes, dijo: “Siempre hemos sido, somos y seremos parte de una Europa basada en los valores cristianos, que también son los cimientos de nuestra tradición y cultura”.

El líder bielorruso Alexander Lukashenko ha sido acusado anteriormente de producir una crisis migratoria en la frontera por los primeros ministros de las vecinas Polonia, Letonia y Lituania, lo que llevó a Polonia a aprobar un proyecto de ley en octubre para la construcción de un muro a lo largo de su frontera con Bielorrusia.

El gobierno de Lukashenko ha negado repetidamente tales afirmaciones y, en cambio, ha culpado a Occidente por los cruces y el trato a los migrantes.

Rusia, el socio político y económico más grande de Bielorrusia, ha defendido el manejo del tema por parte de Minsk y ha negado cualquier participación en la crisis.

Bielorrusia enfrenta nuevas sanciones: Estados Unidos y la Unión Europea han anunciado nuevas sanciones contra Bielorrusia esta semana.

El miércoles, el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca dijo que Estados Unidos está preparando “sanciones de seguimiento” diseñadas para responsabilizar a los líderes bielorrusos de “los continuos ataques a la democracia, los derechos humanos y las normas internacionales”.

 

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