Biden y Xi Jinping se reúnen en San Francisco para aliviar las tensiones

El mundo estaba observando cómo el presidente chino Xi Jinping bajaba de su avión en San Francisco el martes por la tarde, hora local, donde asistirá a la 30ª Reunión de Líderes Económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

También celebrará una cumbre con el presidente Joe Biden el miércoles 17 de noviembre en una casa de campo privada ubicada en Woodside, California.

Esta reunión se produce en un momento en que las relaciones entre Estados Unidos y China han sido notablemente tensas en los últimos años, y marca el primer encuentro en persona entre los dos líderes en más de un año.

La llegada del presidente Xi a San Francisco fue recibida con una cálida bienvenida por parte de altos funcionarios estadounidenses, entre ellos la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y el gobernador de California, Gavin Newsom. 

El embajador de China en Estados Unidos, Xie Feng, también estuvo entre los que saludaron al presidente Xi en el aeropuerto. 

Lo que fue notable, sin embargo, fue el apoyo y la bienvenida abrumadores de la gran comunidad china en San Francisco, con estudiantes chinos y chinos de ultramar ondeando banderas chinas y estadounidenses para dar la bienvenida al presidente chino.

Los dos países se han visto envueltos en una guerra comercial, opiniones encontradas sobre Taiwán y la expansión militar de China en el Mar de China Meridional. 

Sin embargo, a pesar de estas diferencias, ambos líderes parecen ser optimistas sobre la reunión, y Xi afirmó que hay “mil razones para mejorar la relación entre China y Estados Unidos, pero ni una sola razón para arruinarlas”.

Se espera que uno de los principales temas de la agenda sea la militarización del Mar de China Meridional y la cuestión de Taiwán. 

Estados Unidos ha expresado claramente su apoyo a los aliados regionales que están preocupados por la expansión militar de China en el Mar de China Meridional. 

Mientras tanto, China ha expresado repetidamente su oposición a cualquier participación extranjera en la cuestión de Taiwán y teme que Estados Unidos esté cambiando su antigua política de “una sola China”.

La isla autónoma ha sido una espina clavada en el costado de China, que la considera parte de su territorio.

Mientras tanto, Estados Unidos ha sido un aliado cercano de Taiwán y ha estado suministrando armas a la isla como parte de su política para salvaguardar su seguridad. 

Ahora que Taiwán se prepara para las elecciones nacionales de enero, es probable que Estados Unidos actúe con cautela en sus conversaciones con China. 

También se espera que los dos líderes discutan los desacuerdos comerciales, ya que la guerra comercial en curso tiene un impacto significativo en la economía global. 

Como las dos economías más grandes del mundo, es crucial que China y Estados Unidos encuentren una solución a este problema. 

El presidente Biden puede impulsar vías para cooperar en el suministro de sustancias químicas utilizadas para fabricar fentanilo, la droga adictiva que ha estado en el centro de la crisis de opioides en Estados Unidos. 

Como se cree que China es el principal proveedor de precursores del fentanilo, ésta podría ser un área de compromiso para los dos países.

Además de estos temas claves, también se espera que la reunión aborde otras áreas de preocupación, como la vigilancia y el apoyo de China a Rusia en la actual guerra entre Ucrania y Rusia. 

Es interesante observar que China no ha denunciado abiertamente la invasión de Ucrania por parte de Moscú, mientras que Estados Unidos ha adoptado una postura firme contra Rusia. Este puede ser un punto de discordia en la reunión.

En general, esta reunión tiene una importancia significativa para ambos países y para el mundo en su conjunto. 

Es una oportunidad para que los dos líderes aborden sus diferencias y encuentren puntos en común para trabajar hacia una relación estable. 

Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que es posible que la reunión no dé lugar a avances importantes y que es probable que surjan algunos obstáculos para mejorar la relación entre los dos países.

En los últimos años, las tensiones entre Estados Unidos y China han ido en aumento, y la reunión actual parece ser un intento de abordar estas cuestiones y potencialmente sentar las bases para futuras discusiones. 

Es un paso positivo hacia la mejora de la comunicación y la gestión de la competencia entre las dos potencias.

Esta reunión es una oportunidad crucial para que ambos líderes naveguen por las complejidades de la relación China-Estados Unidos y sentar las bases para una comunicación y cooperación efectivas en los próximos años. 

Con las tensiones geopolíticas en aumento, particularmente a la luz de los conflictos Israel-Gaza y Ucrania-Rusia, la comunidad global espera que Biden y Xi demuestren liderazgo en la promoción de la estabilidad y el fomento de un diálogo más constructivo entre sus naciones. 

Los resultados de esta reunión tendrán implicaciones de gran alcance no sólo para China y Estados Unidos, sino también para la comunidad internacional en general, ya que ambos países desempeñan papeles fundamentales en el comercio, la seguridad y la estabilidad económica globales.

La gestión exitosa de este encuentro diplomático de alto riesgo tiene el potencial de aliviar las preocupaciones globales, fomentar el crecimiento económico y allanar el camino para un compromiso más constructivo entre las dos naciones. 

Es imperativo que la reunión sirva como un trampolín para generar confianza, establecer un diálogo significativo e identificar oportunidades de colaboración en áreas claves como la cooperación económica, la estabilidad regional y la seguridad global.

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