Buque portacontenedores colisiona con puente Francis Scott Key en Baltimore

La ciudad de Baltimore se vio afectada por una tragedia devastadora cuando el puente Francis Scott Key se derrumbó en las primeras horas de una fatídica mañana de martes. 

El colapso fue provocado por un buque portacontenedores llamado Dali, que navegaba por el río Patapsco en su camino hacia Sri Lanka. 

A la 1:24 a.m., el barco sufrió un corte total de energía, sumergiéndose en la oscuridad, antes de golpear un pilón del puente a la 1:27 a.m. 

El impacto arruinó casi toda la estructura del puente, enviándolo a estrellarse en las gélidas aguas de debajo.

Las consecuencias de este evento catastrófico fueron nada menos que desgarradoras. 

Seis trabajadores de la construcción que se encontraban en el puente en el momento del colapso estaban desaparecidos y se daban por muertos, dos de ellos provenientes de Guatemala. 

La operación de rescate, que involucró a un número significativo de personal, terminó trágicamente cuando la Guardia Costera de los EE. UU. afirmó que no creía que ninguna de las personas desaparecidas fuera encontrada con vida.

La respuesta al desastre fue rápida y coordinada. El gobernador de Maryland, Wes Moore, elogió a la tripulación del barco por emitir una llamada de “ayuda” antes de la colisión, que autorizó a las autoridades a detener el tráfico y potencialmente salvar vidas. 

Se desplegaron equipos de buceo de varias agencias estatales y locales para operaciones de búsqueda y rescate, lo que demuestra un esfuerzo conjunto para abordar la crisis.

A medida que avanzaba la investigación sobre el colapso del puente, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte se hizo cargo de determinar la causa del incidente. 

La presidenta de la Junta, Jennifer Homendy, enfatizó la importancia de examinar la construcción del puente y cualquier posible deficiencia de seguridad que pueda haber contribuido al colapso. 

La Junta de Seguridad en el Transporte también recuperó el registrador de datos del barco para ayudar en la investigación, incluida la investigación de si el combustible sucio jugó un papel en la pérdida de energía.

Las repercusiones económicas del colapso del puente fueron significativas. 

El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, advirtió sobre el impacto en las cadenas de suministro, ya que los barcos se desvían del puerto de Baltimore a otros puertos a lo largo de la costa este.

El cierre del puerto tenía el potencial de perturbar el comercio y el transporte, afectando no sólo a Baltimore sino también a toda la región.

En medio del caos y la devastación, hubo destellos de esperanza y resiliencia. El presidente Joe Biden expresó su compromiso con la reconstrucción del puente derrumbado, con planes de que el gobierno federal asuma el costo total de la reconstrucción. 

Sin embargo, se reconoció que el camino hacia la reconstrucción era largo y costoso, y requería financiación de diversas fuentes, incluida la Administración Federal de Carreteras y potencialmente el Congreso.

El colapso del puente Francis Scott Key no sólo tuvo consecuencias inmediatas en cuanto a las vidas perdidas y la interrupción del transporte, sino que también planteó interrogantes más amplios sobre la seguridad y la preparación de la infraestructura. 

El incidente sirvió como un claro recordatorio de la fragilidad de nuestro entorno construido y de la necesidad de medidas firmes para prevenir tragedias de este tipo en el futuro.

Mientras la ciudad de Baltimore lidiaba con las consecuencias del colapso del puente, la resiliencia y la unidad de su gente brillaron. 

El gran apoyo, la dedicación de los equipos de rescate y el compromiso de reconstruir y seguir adelante resaltaron la fortaleza de la comunidad frente a la adversidad. 

El camino hacia la recuperación sería largo y desafiante, pero con determinación y solidaridad, Baltimore saldría de esta tragedia más fuerte que nunca.

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