El miedo y la cautela se apoderan de Massachusetts mientras el estado se enfrenta a su primer brote de encefalitis equina del este (EEE) en cuatro años.
Este virus raro pero potencialmente mortal transmitido por mosquitos ha provocado una serie de respuestas de los funcionarios de salud, que incluyen fumigaciones aéreas y terrestres, cierres de parques y llamadas urgentes a la vigilancia.
Las alarmas comenzaron a sonar el 16 de agosto, cuando el Departamento de Salud Pública de Massachusetts (DPH) anunció el primer caso humano de EEE del año.
Un hombre de unos 80 años, expuesto a un mosquito infectado en Oxford, condado de Worcester, se convirtió en el primer caso humano en el estado desde 2020.
Esta inquietante noticia llegó poco después del descubrimiento de mosquitos positivos a EEE en Plymouth, lo que provocó el cierre de parques y campos públicos desde el anochecer hasta el amanecer, la hora pico de alimentación de los mosquitos.
La situación se agravó con la identificación de EEE en un caballo en Plymouth, lo que aumentó aún más el nivel de riesgo.
A día de hoy, diez comunidades de Massachusetts se encuentran designadas como áreas de riesgo alto o crítico para EEE.
Plymouth, Carver, Middleborough, Dudley, Uxbridge y Northbridge están clasificadas como de alto riesgo, mientras que Webster, Oxford, Sutton y Douglas enfrentan un nivel de riesgo crítico.
En respuesta a esta amenaza para la salud pública, el DPH ha implementado un enfoque de múltiples frentes.
Se están realizando fumigaciones aéreas dirigidas a las poblaciones de mosquitos en partes del condado de Plymouth, mientras que se están implementando fumigaciones con camiones en áreas del condado de Worcester.
El pesticida utilizado, Anvil 10+10, está registrado por la EPA y se considera altamente efectivo contra los mosquitos.
“Debido al aumento del riesgo de EEE y al primer caso humano de la temporada, el estado está tomando medidas decisivas para proteger la salud pública”, afirmó Ashley Randle, comisionada del Departamento de Recursos Agrícolas de Massachusetts.
“La fumigación aérea se dirigirá a los mosquitos portadores del virus de EEE. Si bien estas medidas son cruciales para reducir el riesgo de transmisión, es vital que todos permanezcan alerta y sigan las pautas de protección personal para salvaguardar a nuestra comunidad”, dijo Randle.
La gravedad de la situación se ve subrayada por la falta de vacunas o tratamientos específicos para la EEE. Esta cruda realidad hace que la prevención sea el arma más potente en esta batalla.
Los CDC informan una escalofriante tasa de mortalidad del 30% para la EEE, y los sobrevivientes a menudo enfrentan problemas neurológicos a largo plazo.
El brote de este año conlleva una capa adicional de preocupación, que se hace eco de un brote similar en 2019 y 2020, que trágicamente se cobró siete vidas en Massachusetts.
El recuerdo de ese brote subraya la necesidad de una acción rápida y decisiva.
Para aumentar la ansiedad, un grupo de ciudades al sur de Worcester, incluida Oxford, donde residía el hombre infectado, ahora están lidiando con una designación de “riesgo crítico”.
Los funcionarios de la ciudad, haciéndose eco de las recomendaciones del DPH, instan a los residentes a tomar precauciones extremas, incluida la minimización de las actividades al aire libre durante las horas pico de mosquitos y el uso de repelentes de insectos registrados por la EPA.
La historia del hombre de 80 años de Oxford sirve como un duro recordatorio del impacto devastador de la enfermedad.
Su familia, que comparte su experiencia, enfatiza la importancia de prestar atención a las advertencias de salud pública.
El hombre, que rara vez sufría picaduras de mosquitos, lamentablemente fue víctima del virus después de una picadura reciente.
Sigue hospitalizado, luchando valientemente contra la enfermedad, un testimonio de la gravedad de la EEE.
Este brote sirve como un duro recordatorio del poder de la naturaleza y la importancia de las medidas de salud pública.
Mientras continúa la lucha contra la EEE, el mensaje de los funcionarios es claro: permanecer alerta, tomar precauciones y trabajar juntos para minimizar el riesgo que plantea esta enfermedad rara pero mortal.