Comienza el histórico juicio por dinero secreto contra Donald Trump

El lunes, en un tribunal de Manhattan, se hizo historia cuando comenzó el primer juicio penal de un expresidente de Estados Unidos. Donald Trump se encuentra en el centro de un caso relacionado con el dinero pagado a la estrella de cine para adultos Stormy Daniels durante la campaña presidencial de 2016.

La saga comenzó en enero de 2018, cuando el Wall Street Journal informó que Trump había dispuesto un pago de 130.000 dólares a Daniels para evitar que ella hablara de un presunto encuentro sexual ocurrido en 2006. 

Trump, que estaba casado con Melania en ese momento, ha negado vehementemente cualquier relación de este tipo.

El caso ha sido largo y complicado, ya que el ex abogado de Trump, Michael Cohen, inicialmente afirmó que realizó el pago con su propio dinero, para luego admitir bajo juramento que Trump le había ordenado que lo hiciera y le había reembolsado. 

Los cargos contra Trump en última instancia alegan que falsificó registros comerciales para ocultar la verdadera naturaleza de los pagos.

Cuando comenzó la selección del jurado, se hizo evidente de inmediato el desafío de encontrar jurados imparciales en la ciudad de Nueva York, donde Trump es una figura profundamente polarizadora.

“No hay casi nadie en Nueva York que no tenga una opinión sobre Donald Trump”, dijo el abogado litigante Paul Applebaum, quien no está involucrado en el caso. “Mucha gente piensa que es la encarnación de Satanás o la segunda venida de Jesús”.

Sin embargo, el magistrado Juan Merchán, que preside el caso, ha indicado que la orientación política por sí sola no será motivo de inhabilitación. 

“La orientación política no es necesariamente motivo de parcialidad”, dijo la consultora de jurado Melissa Gómez de IMS Legal Strategies. “Pero si es tan fuerte que la persona se sentirá motivada a condenar, eso es un problema”.

Hay mucho en juego, no sólo para Trump sino para la nación en su conjunto. 

Con las elecciones presidenciales de 2024 a la vuelta de la esquina, el resultado de este juicio podría tener implicaciones de gran alcance. 

Trump, que se ha declarado inocente, busca regresar a la Casa Blanca, y sus partidarios han denunciado los cargos como una caza de brujas por motivos políticos.

Se espera que Michael Cohen, alguna vez descrito como el leal “reparador” de Trump, sea un testigo clave de la fiscalía, junto con la propia Stormy Daniels. 

Otros testigos potenciales incluyen a las ex asistentes de la Casa Blanca Rhona Graff, Madeleine Westerhout y Hope Hicks, así como a los ex ejecutivos del National Enquirer David Pecker y Dylan Howard.

Tanto la fiscalía como la defensa consiguieron algunas victorias. 

Los triunfos de la fiscalía incluyeron que el juez Juan Merchán se negó a recusarse del caso, permitir que testifique Karen McDougal, una actriz y modelo que alegó una aventura con Trump, y artículos del National Enquirer que criticaban a los oponentes de Trump como prueba.

Las victorias de la defensa incluyeron no permitir en el juicio la cinta “Access Hollywood”, acusaciones de agresión sexual que involucran a Trump y la declaración por difamación de E. Jean Carroll contra Trump.

El juez Merchan explicó las acusaciones contra Trump a los posibles miembros del jurado, afirmando que ellos son los únicos responsables de decidir si Trump es culpable o inocente. Explicó que la carga de la prueba recae en la fiscalía y que Trump no está obligado a probar nada.

La declaración de culpabilidad del ex abogado de Trump, Michael Cohen, por violaciones al financiamiento de campañas se permitirá con la base adecuada.

El juicio no está exento de controversias. A diferencia de muchos casos de alto perfil, los procedimientos no serán televisados y sólo se permitirá la presencia de un número limitado de periodistas en la sala del tribunal. 

Reuters tendrá un dibujante presente y una sala cercana con un circuito cerrado de transmisión acomodará a un exceso de personal de los medios.

A pesar de las restricciones, Trump y su equipo legal han prometido mantener una sólida presencia en los medios, y el expresidente y sus abogados suelen hablar con la prensa en los pasillos y fuera del tribunal.

Se espera que el juicio dure entre seis y ocho semanas y el resultado podría tener consecuencias de gran alcance tanto para Trump como para la nación. 

A medida que se desarrollen los procedimientos, el mundo observará con gran expectación, ansioso por presenciar este momento histórico en la política estadounidense.

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