Por Altagracia Pérez Pytel
Fotos: Martin Pytel
Un sin fin de rostros, de razas, en multiplicidad constante.
Un bullir de plenitud, de voces, música, ruidos, de billboards, (publicidad gigantescas) y rascacielos quitando el aliento.
En avenidas desmedidas, hormigueantes, en un ir y venir de vehículos, sin parar.
Una energía trepidante agitando las venas, emergía de las calles, los highways, los trenes y las aceras.
Las fotos de los actores, las actrices de Hollywood en el underground de los trenes.
Los artistas emergentes cantando, improvisando; a ratos, el sonido de notas melancólicas de jazz. Y un hombre blanco que escribía posiblemente una novela, mientras a su lado se jamaqueaban y entraban y salían cientos de personas, en cada parada del tren.
Jóvenes negros, altos y atléticos, en las calles cercanas al puerto de State Island, ensayando una dinámica coreagrafía. Esto era New York en enero del año 2013, una cadencia que penetraba acelerada, y desafiante a mis sentidos.
A mí que me había costado llegar hasta allí, entrar de golpe en aquella dimensión helada que revolucionaba los sentidos y la respiración, me recordaba lo afortunada que me sentía al poder contemplar una de las ciudades más fascinantes del planeta.
Me detenía además a reparar de repente, en un sol radiante que inesperadamente al descender desde el horizonte, se adormecía rojizo, en tonalidades; extrañamente inexplicables sobre los calzadas congeladas.
¡Cuán distinto aquel panorama geográfico!!
¡Cuán distinto era aquel Sol, de los míos caribeños!!
Me hacía sustraer y reflexionar otra vez, en las posiciones y límites geográficas: Como yo, oriunda del Caribe, tan cercana y al mismo tiempo, tan lejana, estaba de aquella realidad norteamericana.
Era como una suerte de magia que debía abrevar a pasos agigantados y entrecortados por ratos. Ahí estaba yo frente aquella ciudad, indescriptible, por momentos, por la disparidad de situaciones que proyectaba; por lo que en trasunto de la memoria, volvía aquella otra ciudad que había surgido de mis lecturas y mi fantasía.
Breve Historia:
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Otro de sus sitios símbolos es el museo Metropolitano de Arte: Fundado en 1870, ha ocupado el rango del segundo museo de arte más visitado del mundo, y el quinto museo más visitado de cualquier tipo. Posee una colección permanente que incluye obras de arte de la antigüedad clásica y el antiguo Egipto, pinturas y esculturas de casi todos los maestros europeos, y una extensa colección de arte americano y moderno.
El museo también alberga colecciones enciclopédicas de instrumentos musicales, trajes y accesorios, y armas y armaduras antiguas de todo el mundo.
Una versión de la Biblia en Hebreo de Abraham ben
En otro aspecto, la ciudad de New York se convirtió en el objetivo principal, de los atentados perpetrados por 19 miembros de la red terrorista Al-Qaeda, acaecidos el 11 de septiembre de 2001, en los que casi 3,000 personas murieron por estos ataques suicidas que se llevaron a cabo.
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div style=”text-align: justify;”>Tras los atentados se construyó un nuevo rascacielos que reemplaza a las anteriores torres. Originalmente denominados Freedom Tower, pero posteriormente (2009) se cambió el nombre por One World Trade Center por ser comercialmente más apropiado. (3)
Aquí el monumento que se levantó para honrar a las víctimas del atentado del 11 de Septiembre.