La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos propuso una nueva regulación para limitar la cantidad de “químicos permanentes” tóxicos en el agua potable por primera vez.
Los compuestos, conocidos como sustancias perfluoroalquilo y polifluoroalquilo (PFAS), tienen un fuerte enlace carbono-flúor que los hace difíciles de descomponer en condiciones ambientales naturales.
Se sospecha que pueden persistir en el medio ambiente durante mucho tiempo y presentar riesgos para la salud de los humanos.
El reglamento propuesto limitaría los niveles permitidos en el agua potable de seis compuestos PFAS, incluido el ácido perfluorooctanoico (PFOA) y el ácido perfluorooctanosulfónico (PFOS) individualmente y otros cuatro como mezcla.
Si se finaliza, requeriría que los sistemas públicos de agua analicen y limiten estos químicos. La propuesta también regula otros tipos de PFAS como GenX Chemicals, que los fabricantes utilizaron como sustituto cuando el PFOA y el PFOS se eliminaron gradualmente de los productos de consumo.
Los defensores del medio ambiente y la salud pública han pedido durante años una regulación federal de los productos químicos PFAS.
Durante la última década, la EPA ha reforzado repetidamente sus umbrales de salud voluntarios y protectores para estos productos químicos, pero hasta ahora no ha impuesto límites obligatorios a los proveedores de agua.
El reglamento propuesto se someterá a un período de comentarios públicos de 60 días antes de finalizar a fines de este año.
La implementación de estas regulaciones sería una empresa monumental que probablemente costaría miles de millones de dólares en todo el país.
Sin embargo, muchos defensores del medio ambiente están complacidos con la propuesta de la EPA de establecer límites bajos para estos seis químicos PFAS.
La EPA ahora ha declarado claramente que el PFOA y el PFOS son dañinos para la salud humana.
La Ley de Agua Potable Segura es una ley federal de los Estados Unidos aprobada por el Congreso en 1974 para proteger la calidad del agua potable.
La ley se enfoca en todas las aguas real o potencialmente diseñadas para uso potable, ya sea de fuentes superficiales o subterráneas.
La SDWA otorga a la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) el poder de establecer estándares nacionales de salud para el agua potable a fin de proteger contra los contaminantes tanto naturales como creados por el hombre que pueden encontrarse en el agua potable.
La EPA establece los estándares para la calidad del agua potable y supervisa a los estados, las autoridades locales y los proveedores de agua que hacen cumplir esos estándares bajo la SDWA.
Se espera que estas reglamentaciones protejan la salud pública al reducir la exposición a estas sustancias tóxicas en el agua potable.
La agencia tiene como objetivo finalizar la nueva regla para fines de 2023.