El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo el domingo que había dado positivo por COVID-19, en medio de una intensa segunda ola de la pandemia de coronavirus.
El segundo brote ha llevado al sistema de salud de la vasta capital del país al borde de la saturación.
El presidente de 67 años dijo en un tuit que sus síntomas eran leves y que estaba recibiendo tratamiento médico.
“Como siempre, soy optimista”, dijo López Obrador, quien se ha resistido a usar una mascarilla.
López Obrador ha sido criticado por su manejo de la pandemia, con una estrategia centrada en aumentar la capacidad hospitalaria sobre las pruebas y el rastreo de contactos.
El país se ha alejado de los cierres obligatorios y ha optado por un sistema escalonado de restricciones para limitar el impacto en la economía.
El Ministerio de Salud informó el domingo 10,872 nuevos casos confirmados de coronavirus y 530 muertes, lo que eleva su total a 1,763,219 infecciones y 149,614 muertes, la cuarta cifra más alta de muertes en todo el mundo.
Se espera que México supere las 150.000 muertes por COVID-19, una de las cifras de muertes más altas del mundo, según muestra un recuento de Reuters.
Solo Estados Unidos y Brasil han informado cifras más altas.
El número real de personas infectadas y muertes probablemente sea significativamente más alto que el recuento oficial, dijo el Ministerio de Salud.
México apunta a administrar 7.4 millones de dosis de Sputnik V para fines de marzo, mientras el país se apresura a asegurar rápidamente el mayor suministro de vacunas posible.
La vacuna Pfizer es actualmente la única vacuna que se administra en México.
El gobierno ha dicho que algunas dosis de la vacuna Pfizer podrían retrasarse y que las empresas privadas podrán comprar los medicamentos directamente mientras el país lucha por controlar las infecciones desenfrenadas.
