Ataque israelí a campamento de refugiados en Gaza deja un rastro devastador

En uno de los ataques más mortíferos en el actual conflicto entre Israel y Gaza, un ataque aéreo israelí alcanzó el martes el densamente poblado campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, causando daños catastróficos y matando a un gran número de personas. 

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) dijeron que el ataque tenía como objetivo a un comandante de Hamás responsable del ataque del 7 de octubre contra Israel. 

Sin embargo, Hamás ha negado esta afirmación, afirmando que en la zona atacada no había ningún comandante de alto rango presente.

El ataque a Jabalia ha dejado un rastro de destrucción, con edificios reducidos a escombros y grandes cráteres esparcidos por toda la zona. 

Israel ha dicho que el ataque tenía como objetivo destruir un centro de mando militante y una red de túneles subterráneos. 

Sin embargo, los informes sugieren que la destrucción masiva fue resultado del colapso de un gran complejo de Hamás ubicado debajo del edificio atacado. 

El portavoz de las FDI afirmó que el comandante objetivo, Ibrahim Biari, fue un planificador clave del ataque del 7 de octubre y había estado involucrado en actividades antiisraelíes durante décadas.

El conflicto actual en Gaza continúa intensificándose, profundizando la crisis humanitaria en la región. 

En medio de la violencia, se están haciendo esfuerzos para garantizar un paso seguro para los estadounidenses y otros ciudadanos extranjeros que deseen abandonar la zona devastada por la guerra. 

Estados Unidos, junto con Qatar y Egipto, han estado trabajando para abrir el cruce de Rafah hacia Egipto para facilitar el movimiento de personas.

La próxima visita del Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a Israel para reunirse con funcionarios gubernamentales demuestra el compromiso de Estados Unidos de encontrar una solución a la crisis. 

Blinken y otros líderes mundiales están explorando diferentes posibilidades para el futuro de Gaza, particularmente si se quita el control a los militantes de Hamas. 

Israel, tras haber prometido aniquilar a Hamás, ha desestimado los llamados internacionales a una “pausa humanitaria” en los combates, lo que ha resultado en una escasez crítica de suministros esenciales como alimentos, medicinas, agua potable y combustible para los civiles.

Una consecuencia trágica del conflicto se produjo en forma de ataques aéreos israelíes que derribaron edificios de apartamentos en un campo de refugiados cerca de la ciudad de Gaza. 

El ataque tuvo como objetivo a un alto líder militar de Hamás, pero el costo entre los civiles fue inmenso. 

Se lanzaron operaciones de rescate para sacar a los supervivientes de debajo de los escombros, mientras que las cifras exactas de víctimas aún no se han confirmado. 

El Dr. Atef Al-Kahlot, director de un hospital cercano, informó que cientos de personas murieron o resultaron heridas.

El ejército israelí defendió el ataque, alegando que el comandante objetivo jugó un papel importante en el asalto del 7 de octubre, que desató la actual ronda de intensos combates. 

Los militares argumentaron que los edificios de apartamentos se derrumbaron debido a la destrucción de un complejo subterráneo de Hamás. 

Sin embargo, no estuvo disponible una verificación independiente de las cuentas de ambas partes.

La terrible situación en Gaza se vio exacerbada aún más por una interrupción total de los servicios de Internet y telefonía móvil, que cortó la comunicación entre los residentes y el resto del mundo. 

Las agencias de ayuda humanitaria han expresado su preocupación por el impacto de tales apagones en su capacidad de brindar asistencia en una región que ya sufre graves privaciones.

Dentro de Gaza, varios cientos de miles de palestinos siguen en el camino del avance de las tropas terrestres israelíes. 

Las condiciones de hacinamiento, sumadas a la escasez de suministros y recursos médicos en los hospitales, han llegado a un punto crítico.

Los ataques aéreos en Jabaliya subrayaron el aumento previsto de víctimas a medida que las fuerzas israelíes avanzan hacia barrios residenciales densamente poblados.

El ejército israelí confirmó la muerte de nueve soldados más, elevando a 11 el número total de bajas militares desde que comenzó la operación terrestre. 

Al mismo tiempo, Hamas negó las afirmaciones israelíes de capturar bastiones militares en la región, acusando a Israel de perpetrar crímenes atroces contra civiles.

Las fuerzas israelíes han instado a los civiles a evacuar el norte de Gaza y buscar seguridad en el sur. 

Sin embargo, persisten temores generalizados entre la población debido a los continuos ataques aéreos que causan víctimas civiles también en la región sur.

A medida que el conflicto continúa, el número de muertos aumenta en ambos lados. 

Más de 8.500 palestinos han perdido la vida, entre ellos mujeres y menores, mientras que también han muerto más de 1.400 israelíes, principalmente civiles. 

La situación ha provocado preocupación internacional, y las agencias de ayuda humanitaria advierten sobre la catástrofe que se avecina si no se toman medidas inmediatas para abordar la crisis.

El conflicto también ha intensificado las tensiones en otros frentes, con un aumento de las hostilidades a lo largo de la frontera entre Israel y el Líbano y ataques contra objetivos vinculados a Irán en Siria. 

La situación plantea el riesgo de una mayor desestabilización en una región ya volátil.

Crece la urgencia de un alto el fuego, al igual que la necesidad de una mayor asistencia internacional para aliviar la crisis humanitaria que continúa desarrollándose en Gaza. 

La comunidad internacional debe trabajar para facilitar el paso seguro, proporcionar suministros esenciales y abogar por el fin de la violencia para evitar más pérdidas de vidas y abordar las necesidades urgentes de las personas afectadas por este devastador conflicto.

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