Hezbolá sufre devastadoras explosiones de buscapersonas y walkie-talkies

En una serie de acontecimientos que han provocado una conmoción en todo Oriente Medio, Hezbolá, el poderoso grupo militante libanés, fue golpeado esta semana por una ola de explosiones de dispositivos de comunicación, que dejaron un rastro de víctimas y preguntas sin respuesta.

Los ataques comenzaron el martes, cuando miles de buscapersonas o mensáfonos, utilizados por miembros de Hezbolá en Líbano y Siria, detonaron inesperadamente. 

Las explosiones, que se produjeron en viviendas, coches, tiendas e incluso en una procesión fúnebre, mataron al menos a 37 personas, incluidos niños, e hirieron a más de 3.000, lo que abrumó al ya sobrecargado sistema sanitario del Líbano. 

La devastación continuó al día siguiente con una segunda ola de explosiones dirigidas a los walkie-talkies de Hezbolá, lo que aumentó aún más el número de muertos y profundizó la sensación de miedo e incertidumbre.

Aunque Israel ha permanecido oficialmente en silencio sobre el asunto, Hezbolá, el gobierno libanés y múltiples fuentes de seguridad han señalado directamente a la agencia de inteligencia israelí, el Mossad. 

Las pruebas sugieren una operación sofisticada, posiblemente de meses de preparación, en la que los dispositivos probablemente fueron equipados con explosivos antes de ser entregados a Hezbolá, posiblemente a través de una intrincada cadena de suministro que involucra a un fabricante de productos electrónicos taiwanés, un intermediario húngaro y una empresa de comunicaciones por radio japonesa.

El momento del ataque coincidió con el cambio declarado por Israel en la estrategia de guerra, centrándose en su frontera norte con el Líbano y el objetivo de detener los ataques transfronterizos de Hezbolá, que comenzaron en apoyo de Hamás después de su asalto del 7 de octubre a Israel. 

Esto ha generado temores de un conflicto más amplio, y el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró el comienzo de una “nueva fase en la guerra”.

REACCIONES Y REPERCUSIONES

La comunidad internacional ha respondido con alarma a los acontecimientos que se están desarrollando. 

El alto responsable de derechos humanos de la ONU, Volker Türk, pidió una investigación independiente, subrayando el profundo miedo y terror que provocaron los ataques. 

El Consejo de Seguridad de la ONU programó una reunión de emergencia para abordar la situación.

El primer ministro del Líbano, Najib Mikati, instó a la ONU a adoptar una postura firme contra Israel, acusándolo de librar una “guerra tecnológica” y calificando los ataques de “masacre”. 

El ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, expresó su profunda preocupación, acusando a Israel de empujar a la región hacia una guerra más amplia. 

Rusia también advirtió sobre la escalada de tensiones y la inestabilidad de la región.

El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en un discurso televisado pronunciado mientras los aviones israelíes creaban explosiones sónicas sobre Beirut, condenó los ataques por cruzar todas las líneas rojas. 

Reconoció la gravedad del golpe a la organización, pero afirmó que sus redes de comunicación permanecieron intactas. 

Prometió un “castigo justo” para Israel, al tiempo que afirmó el continuo apoyo de Hezbolá a Hamás en Gaza y su compromiso de mantener la presión en la frontera norte de Israel hasta que terminen los combates en Gaza.

ANÁLISIS DEL IMPACTO Y EL FUTURO

Los ataques con artefactos explosivos han asestado sin duda un golpe significativo a Hezbolá, interrumpiendo sus operaciones y exponiendo vulnerabilidades en sus sistemas de seguridad y comunicación. 

El impacto psicológico en el grupo y en la población libanesa en general también es innegable, creando una atmósfera de miedo e incertidumbre.  Los analistas están divididos sobre los efectos a largo plazo de la operación. 

Algunos sostienen que, si bien Hezbolá sin duda se adaptará y se reconstruirá, los ataques expusieron debilidades críticas e infligieron un nivel de daño del que llevará tiempo recuperarse. 

Otros creen que el impacto, aunque significativo, no será paralizante, y Hezbolá emergerá de esta crisis con una determinación renovada. El futuro sigue siendo incierto. 

El riesgo de que se produzca un conflicto más amplio entre Israel y Hezbolá es muy alto, ya que ambos bandos se lanzan ataques transfronterizos casi a diario. 

Los ataques con buscapersonas y walkie-talkies han aumentado sin duda la situación, añadiendo una nueva capa de complejidad y peligro a una situación ya de por sí volátil.

DESENTRAÑANDO EL MISTERIO

Varios aspectos de la operación siguen envueltos en el misterio. 

El método exacto utilizado para manipular los dispositivos, el grado de participación de la cadena de suministro y los objetivos estratégicos precisos del ataque todavía se están investigando y debatiendo.

La participación de una empresa húngara, BAC Consulting, y el uso de un modelo descontinuado de walkie-talkies japoneses plantean más preguntas sobre el alcance y la complejidad de la operación.

PREOCUPACIONES ÉTICAS Y LEGALES

El uso de dispositivos civiles con trampas explosivas, en particular los que podrían estar en manos de niños o transeúntes, plantea serias preocupaciones éticas y legales. 

Los críticos han argumentado que esas tácticas constituyen una violación del derecho internacional y podrían equivaler a crímenes de guerra. 

La posibilidad de causar daños indiscriminados a civiles subraya la naturaleza peligrosa de este tipo de operaciones.

AVANZANDO

Los ataques con buscapersonas y walkie-talkies marcan un punto de inflexión significativo en el conflicto en curso entre Israel y Hezbolá. 

Los próximos días y semanas serán cruciales para determinar la trayectoria de este conflicto. Los esfuerzos de la comunidad internacional para reducir la escalada de la situación y evitar una guerra más amplia serán primordiales.

La investigación de los ataques, la identificación de todos los responsables y una evaluación exhaustiva de las implicaciones éticas y legales son pasos esenciales para garantizar la rendición de cuentas y prevenir incidentes similares en el futuro.

La necesidad de una solución duradera y pacífica al conflicto entre Israel y Hezbolá, y de hecho al conflicto más amplio entre israelíes y palestinos, nunca ha sido más urgente.

Esta historia compleja y multifacética, con su mezcla de espionaje, estrategia militar, tensiones políticas y tragedia humana, seguirá desarrollándose en los próximos días y semanas. 

Sirve como un duro recordatorio de la naturaleza volátil de Oriente Medio y la necesidad urgente de diálogo y diplomacia para evitar una mayor escalada y derramamiento de sangre.

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