GPT-4o de OpenAI marca el comienzo de una nueva era de chatbots

El lunes 13 de mayo de 2024, OpenAI, el creador de ChatGPT, presentó su última innovación en inteligencia artificial: GPT-4o, una nueva versión de su chatbot que promete una experiencia conversacional más realista. 

Esta no fue solo una simple actualización; fue un salto adelante en la tecnología de inteligencia artificial, que desdibujó la línea entre la interacción humana y de máquina.

La demostración de OpenAI en San Francisco mostró las notables capacidades de GPT-4o. 

No sólo podría entablar conversaciones habladas en tiempo real, sino también analizar imágenes, traducir idiomas e incluso detectar emociones en la voz de un usuario. 

Hablaba con una voz suave y seductora, capaz de cambiar de tono, añadir pausas para crear efecto e incluso reírse de sus propios chistes.

Las comparaciones con Samantha, la seductora asistente virtual de la película “Her” de 2013, no se hicieron esperar. 

El director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, incluso publicó el título de la película en X después del anuncio, reconociendo la conexión.

“Se siente como la IA de las películas”, escribió Altman en una publicación de blog. “Hablar con una computadora nunca me ha parecido realmente natural; ahora sí lo es”.  El anuncio conmocionó a la industria tecnológica. 

Google, Microsoft y Apple, todos compitiendo por el dominio en el espacio de la IA, se vieron atrapados en una pelea. 

Alphabet, la empresa matriz de Google, vio caer sus acciones un 2,8% tras el anuncio, perdiendo más de 50.000 millones de dólares en valoración de mercado.

El impacto de GPT-4o no se limitó a los gigantes tecnológicos. Duolingo, una plataforma de aprendizaje de idiomas, vio disminuir su capitalización de mercado en más de 340 millones de dólares.

“Más allá del factor sorpresa, esto tiene implicaciones muy significativas para enseñar a millones de estudiantes en su lengua materna que no tienen acceso a profesores ni escuelas, sino sólo a un teléfono móvil”, escribió Kunal Bahl, cofundador de Titan Capital, en X. “Esta puede ser la utilidad de tecnología educativa definitiva”.

La capacidad de GPT-4o para mantener conversaciones en tiempo real con expresividad y emoción humanas tiene el potencial de revolucionar campos como la educación, el servicio al cliente e incluso la terapia. 

Pero esta nueva tecnología plantea preocupaciones éticas cruciales.

“Es probable que el factor de personalidad sea un punto de discordia”, escribió un comentarista. “Las demostraciones de OpenAI muestran a GPT-4o como amigable, empático y atractivo. Cuenta chistes “espontáneos”, ríe, coquetea e incluso canta. El sistema de IA también muestra que puede responder al lenguaje corporal y al tono emocional de los usuarios”.

Este enfoque en la personalidad, si bien potencialmente aumenta la participación de los usuarios, genera preocupación sobre la posibilidad de que los usuarios se apeguen demasiado a los sistemas de inteligencia artificial con personalidades similares a las humanas, o incluso sean manipulados por ellos.

“Si bien no deberíamos comparar seriamente a GPT-4o con Samantha”, escribió otro comentarista, refiriéndose a “Her”, “suscita preocupaciones similares. Los compañeros de IA ya están aquí. A medida que la IA se vuelve más experta en imitar las emociones y comportamientos humanos, el riesgo de los usuarios que forman vínculos emocionales profundos aumentan. Esto podría conducir a una dependencia excesiva, manipulación e incluso daño”.

“La presentación de esta semana de GPT-4o y los últimos anuncios de IA de Google enfatizan las características que se incorporan a sus productos”, escribió un experto. 

“Estos nuevos desarrollos apuntan a posibilidades como asistentes virtuales más sofisticados capaces de realizar tareas complejas en nombre de los usuarios, lo que implica una interacción y una planificación más ricas”.

El lanzamiento de GPT-4o no se trata sólo de tecnología; se trata de las cuestiones éticas que plantea. 

Si bien OpenAI afirma estar comprometida con el desarrollo y la implementación responsable de su IA, el potencial de uso indebido y el impacto en las relaciones humanas siguen siendo motivo de preocupación.

A medida que la IA se vuelve cada vez más sofisticada y capaz de imitar el comportamiento humano, la pregunta ya no es si nos enamoraremos de ella, sino cómo afrontaremos las complejas y potencialmente impredecibles consecuencias.

La actriz Scarlett Johansson, según se informa, expresó conmoción y frustración por el uso por parte de OpenAI de una voz que sonaba inquietantemente similar a la de ella en “Her” a pesar de su negativa a participar en el proyecto. 

Johansson contrató a un asesor legal para investigar la situación.  OpenAI reconoció las preocupaciones de Johansson y detuvo el uso de la voz “Sky” en sus productos. 

Afirmaron que la voz no pretendía ser una imitación de la de Johansson y que fue creada usando la voz natural de una actriz diferente.

Los expertos, si bien están impresionados por las capacidades de GPT-4o, muchos están preocupados por el potencial de uso indebido y las implicaciones éticas de los sistemas de IA que imitan las emociones y el comportamiento humanos. 

El rápido avance de la tecnología de IA requiere una cuidadosa consideración de su impacto potencial en las relaciones humanas y los valores sociales.

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