Un cambio radical se produjo en el mundo del atletismo y en la República Dominicana, cuando Marileidy Paulino se abrió camino hacia la gloria olímpica el viernes.
El Stade de France fue testigo de un espectáculo de velocidad y determinación el viernes cuando Paulino se adjudicó la medalla de oro en la final femenina de 400 metros.
¿Su tiempo? Un impresionante tiempo de 48,17 segundos, un nuevo récord olímpico, que grabó su nombre no solo en los libros de récords, sino en la historia como la primera mujer dominicana en ganar el oro olímpico.
Paulino no solo ganó en París 2024. Durante los últimos 13 meses, dominó los eventos principales, mostrando su consistencia y dominio en los 400 metros:
Oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe (San Salvador 2023), Oro en los Juegos Panamericanos (Chile 2023), y Oro en el Campeonato Mundial de Atletismo (Budapest 2023).
Ninguna otra atleta dominicana ha logrado este nivel de éxito en una gama tan amplia de competencias en un período tan corto.
Este logro significa su notable dedicación y su capacidad para desempeñarse bajo presión en los escenarios más importantes.
La victoria de Paulino no fue solo un triunfo personal; fue un testimonio de su incansable dedicación y un momento decisivo para su nación.
La alegría resonó mucho más allá de la pista, uniendo a los dominicanos en una ola de euforia. “Esto es lo mejor de mi vida, absolutamente lo es”, exclamó una Paulino extasiada, con la voz cargada de emoción. “Me veía muy fuerte, he trabajado muy duro y ahora tengo un récord olímpico”.
Su camino hasta este momento cumbre está marcado por la lucha y la determinación inquebrantables.
Marileidy Paulino nació el 25 de octubre de 1996 en el pequeño pueblo de Don Gregorio, Nizao, localizado en la provincia de Peravia, a aproximadamente una hora de Santo Domingo, la capital de República Dominicana.
La destreza atlética de Paulino no fue reconocida por primera vez en una pista, sino en una cancha de balonmano.
A los 18 años, su talento en bruto llamó la atención del ministro de deportes del país, lo que marcó un punto de inflexión en su vida.
La historia de Paulino no se trata solo de habilidad natural; se trata de superar la adversidad. Comenzó su entrenamiento de atletismo descalza, un marcado contraste con los tacos de alta tecnología que usa ahora.
Su dedicación la llevó a la Fuerza Aérea Dominicana, donde perfeccionó sus habilidades mientras servía a su país.
En París, era una fuerza a tener en cuenta. Después de haber dominado las rondas clasificatorias y las semifinales, Paulino llegó a la final como la favorita.
Su estrategia era notable: una ráfaga controlada de velocidad, reservando energía para un empujón final.
¡Y qué empujón! Paulino dejó atrás a sus competidoras y cruzó la meta tres metros por delante de la medallista de plata Salwa Eid Naser, de Bahréin.
Naser, a pesar de su decepción por no haber conseguido el oro, reconoció la magnitud de la carrera. “No puedo siquiera empezar a poner en palabras lo que esto significa”, confesó, con la voz teñida de una mezcla de emociones. “Estoy feliz y al mismo tiempo estoy triste”.
La victoria de Paulino resonó más allá de su logro individual. Subrayó la creciente prominencia de las naciones caribeñas en el atletismo, un sentimiento capturado por Thea LaFond, de Dominica, medallista de oro en el triple salto.
“Era nuestro turno, hombre”, declaró LaFond, con palabras imbuidas de orgullo. “De alguna manera se convierte en una verdadera familia. Cuando decimos un Caribe, un amor; un Caribe, un amor”.
La historia de Marileidy Paulino está lejos de terminar.
Con un campeonato mundial y ahora un oro olímpico, se propone romper el récord mundial aparentemente intocable que ostenta Marita Koch desde 1985.
Pero por ahora, disfruta de la gloria de su histórica victoria, un faro de esperanza e inspiración para los atletas aspirantes en la República Dominicana y más allá.
Su trayectoria encarna el espíritu de los Juegos Olímpicos: un testimonio de dedicación, perseverancia y búsqueda inquebrantable de la excelencia.