Francia planea introducir una legislación para endurecer las sanciones a las protestas no declaradas, en respuesta a las violentas manifestaciones de “chalecos amarillos”, dijo el lunes el primer ministro Edouard Philippe en un endurecimiento de la postura del gobierno sobre los disturbios.
Habló después de que los manifestantes incendiaron motos y prendieron fuego a las barricadas en el famoso Boulevard Saint-Germain de París el sábado, subrayando cómo las protestas contra los altos costos de vida y el presidente Emmanuel Macron se han vuelto violentos.
“Necesitamos preservar el derecho a manifestarse en Francia y debemos sancionar a quienes infrinjan la ley”, dijo Philippe a la televisión TF1.
“Es por eso que el gobierno está a favor de actualizar la ley para sancionar a quienes no respetan esta obligación de declarar protestas, a quienes participan en protestas no declaradas, a quienes llegan a las protestas con pasamontañas”, dijo Philippe.
Dijo que el gobierno podría modelar la nueva ley sobre la legislación existente contra los hooligans de fútbol por la cual se puede prohibir que los individuos entren a los estadios. Se podría introducir en febrero, dijo.
Philippe también dijo que los “casseurs”, o matones, que han traído perturbaciones y destrucción a París y otras ciudades importantes donde las tiendas han sido saqueadas y los bancos vandalizados se verían obligados a pagar por el daño que causan.
Las últimas marchas de “chalecos amarillos” comenzaron pacíficamente pero degeneraron el sábado por la tarde cuando los manifestantes lanzaron misiles a la policía antidisturbios que bloqueaba puentes sobre el Sena.
Los oficiales dispararon gases lacrimógenos para evitar que los manifestantes cruzaran el río y llegaran a la Asamblea Nacional. Se incendió un restaurante de un barco fluvial y un policía resultó herido cuando fue golpeado por una bicicleta lanzada desde una calle sobre la orilla del río.
Dos meses después de que empezaron a bloquear carreteras, a ocupar cabinas de peaje ya organizar protestas callejeras a veces violentas en París, los chalecos amarillos intentan inyectar un nuevo impulso a un movimiento que se debilitó durante las vacaciones.
Fuente: Reuters
Foto: Externa
Primer ministro Edouard Philippe