EEUU y China anuncian un acuerdo comercial temporal: ¿Tregua o el fin de la Guerra Comercial?

En un acontecimiento significativo para la economía mundial, Estados Unidos y China alcanzaron un acuerdo comercial temporal en Ginebra, Suiza, tras unas negociaciones de alto nivel que concluyeron el lunes.

El acuerdo, que incluye una pausa de 90 días y una reducción sustancial de los aranceles recíprocos, fue aclamado por ambas partes como una medida constructiva destinada a reducir las tensiones y evitar una mayor interrupción de los flujos comerciales.

Según este acuerdo, Estados Unidos disminuirá sus aranceles a los productos chinos de un 145 % a un 30 %. Por su parte, China reducirá sus aranceles a los productos estadounidenses de un 125 % a un 10 %.

Entre las figuras claves que participaron en las negociaciones se encuentran el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, el representante comercial, Jamieson Greer, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng.

El acuerdo implica que Estados Unidos suspenda 24 puntos porcentuales del arancel ad valorem adicional sobre ciertos artículos chinos, manteniendo una tasa del 10%, y elimine otras tasas modificadas impuestas en abril de 2025. 

De igual manera, China suspenderá 24 puntos porcentuales de su arancel ad valorem adicional sobre ciertos artículos estadounidenses, manteniendo también una tasa del 10%, y eliminará las contramedidas no arancelarias implementadas desde el 2 de abril de 2025. 

Se espera que este alivio temporal genere un aumento drástico en el tráfico de contenedores en el Pacífico, a medida que las empresas se apresuran a anticipar los envíos. 

El acuerdo también incluye el establecimiento de un mecanismo para continuar las conversaciones sobre las relaciones económicas y comerciales, con futuras reuniones que podrían celebrarse en China, Estados Unidos o un tercer país. 

Un detalle singular de las negociaciones es la decisión de Estados Unidos de reducir a la mitad el arancel de minimis sobre los paquetes pequeños procedentes de China, del 120 % al 54 %, con una tarifa fija de $100 para los paquetes con un valor inferior a $800, en comparación con la tarifa de $200 que estaba prevista para entrar en vigor. 

Esta concesión específica para los paquetes pequeños se ha señalado como un punto importante, especialmente en el contexto de la preocupación por la importación de fentanilo. 

La declaración conjunta emitida por la Casa Blanca enfatizó la importancia de la relación económica y comercial bilateral para ambos países y la economía global, destacando un espíritu de apertura mutua, comunicación continua, cooperación y respeto mutuo. 

Las reacciones al acuerdo han sido diversas. Los medios de comunicación estatales de China han presentado el resultado como un triunfo, atribuyéndolo a las firmes contramedidas y la postura resuelta del país.

Se informa que un hashtag relacionado con la suspensión arancelaria obtuvo más de 420 millones de visitas en Weibo. 

La Casa Blanca celebró el acuerdo como una victoria para los Estados Unidos, mostrando la experiencia del presidente Trump en la obtención de acuerdos beneficiosos.

Sin embargo, muchos expertos y analistas siguen reservados en su evaluación, viendo el acuerdo como un respiro temporal en lugar de una resolución a las tensiones estructurales subyacentes. 

Algunos expertos creen que China resultó ser la mayor beneficiaria, señalando que, si bien el arancel restante del 30% es severo, podría ser manejable para la mayoría de las empresas chinas, y que la firmeza de China podría alentar a otras naciones en sus negociaciones con EE. UU.

Otros sugieren que ambas partes se beneficiaron al alejarse del abismo de la escalada de los impactos económicos. 

El acuerdo ha provocado un alza en los precios de las acciones mundiales y un debilitamiento de las divisas refugio frente al dólar, lo que refleja una sensación de alivio en el mercado. 

En conclusión, el acuerdo comercial temporal alcanzado en Ginebra representa una pausa crucial en la escalada de las tensiones comerciales entre EE. UU. y China. 

Si bien proporciona un alivio inmediato a las empresas y los mercados, el acuerdo es considerado por muchos como un primer paso en lo que se prevé será un largo y complejo proceso de negociación. 

Los próximos meses serán cruciales para determinar si se puede lograr una solución más integral y duradera que aborde las antiguas preocupaciones comerciales y las diferencias económicas estructurales entre las dos potencias mundiales.