Al menos 100 muertos en ataques aéreos militares en evento anti-junta

El ejército birmano lanzó ataques aéreos contra un evento anti-junta en un pueblo de la región central de Sagaing, matando al menos a 100 personas, incluidos mujeres y niños. 

Los ataques aéreos atacaron el martes aldeas en los municipios de Kanbalu y Khin-U, ambos ubicados en la región de Sagaing.

El pueblo está ubicado en la parte noroeste del país y es un bastión de la oposición al gobierno militar.

Según los informes, los muertos asistían a una reunión para discutir la guerra civil en curso en Myanmar. 

Los ataques aéreos atacaron el pueblo de Pa Zi Gyi, que se encuentra a unos 110 kilómetros (70 millas) al norte de Mandalay, la segunda ciudad más grande del país. 

El pueblo es el hogar de miembros de la Unión Nacional de Karen, un grupo armado étnico que ha estado luchando por una mayor autonomía durante décadas.

El grupo dijo que los ataques aéreos fueron llevados a cabo por dos helicópteros militares. Según los informes, los helicópteros dejaron caer dos bombas en la aldea, matando al menos a 100 personas, incluidos muchos niños.  

El ejército ha sido acusado de llevar a cabo numerosos ataques aéreos contra civiles desde que incautó el poder en un golpe de estado en febrero de 2021.

Desde entonces la oposición ha estado luchando contra los militares.

Los militares han sido acusados de abusos contra los derechos humanos y la oposición ha estado luchando para restaurar la democracia en Myanmar.

Las Naciones Unidas han condenado los ataques aéreos, llamándolos “un acto de violencia horrible”. 

La ONU dijo que los ataques aéreos “son una clara violación de la ley humanitaria internacional y deben detenerse de inmediato”.

El Departamento de Estado de los Estados Unidos también condenó los ataques aéreos, llamándolos “un acto de terror”. 

El Departamento de Estado dijo que los ataques aéreos “son un recordatorio de la brutalidad de la junta militar de Myanmar y la necesidad de que la comunidad internacional los responsabilice”.

Los ataques aéreos son los más recientes de una serie de atrocidades cometidas por el ejército de Myanmar desde el golpe. 

El ejército ha sido acusado de matar a miles de civiles, torturar y encarcelar a los oponentes, y quemar aldeas.

La comunidad internacional ha condenado el golpe de estado y ha pedido a los militares restaurar la democracia. Sin embargo, los militares hasta ahora se han negado a renunciar.

Es probable que los ataques aéreos compliquen aún más los esfuerzos para resolver la crisis en Myanmar. 

La comunidad internacional ya está luchando por acordar cómo presionar a los militares para que pongan fin a su violencia y restaure la democracia. 

Es probable que los ataques aéreos hagan aún más difícil llegar a un consenso sobre cómo lidiar con los militares.

La situación en Myanmar es extremadamente volátil, y el ejército continúa tomando medidas enérgicas contra la disidencia. 

El país está en un estado de guerra civil, y el ejército está usando ataques aéreos y otras formas de violencia para tratar de suprimir la oposición. 

Los ataques aéreos en PA Zi Gyi son solo un ejemplo de la brutalidad militar.

La comunidad internacional debe continuar presionando al ejército de Myanmar para que detenga su violencia contra los civiles. 

La gente de Myanmar merece vivir en paz y seguridad, y los militares deben ser responsables de sus crímenes.

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